Ni tus propios enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos.
Salvados por Évole
Hoy, domingo 26 de diciembre de 2010,
le he echado de menos.
Se merece una entrada, pero no vacaciones.
La tristeza se esconde sin dificultad. Es fácil ocultar las lágrimas: pañuelos. Y, si no, siempre queda la excusa del “Uy, se me ha metido algo en el ojo”. Pero…¿y la felicidad?, ¿quién es capaz de aguantarse una sonrisa? A mí me es imposible. A mí y a él; aunque te esté mandando a un lugar muy bonito.
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