Y se muerde la lengua


Fingir no darse cuenta.
Eso es lo que ha elegido ella.
Pasar de largo, dejarlo estar,
como si en realidad él no estuviera allí.
Como si no le importara.
Pero claro que le importa.
¿Por qué razón habría elegido pasar justo a su lado si no?

Me quiere, no me quiere


'¿Y si no me llama? ¿Y si no viene a buscarme como prometió?
Las dudas se apoderaban de ella.
La impedían comer, dormir, hablar…incluso respirar.
¿Y si…ya no me quiere?
Y su corazón se encogía al combinar ese ‘no’ con ese ‘me quiere’.
No, no podía ser. La margarita que había deshojado estaba a su favor.
Él la quería.
Lo que la margarita no decía era el ‘pero no como antes'.